Rivas Vaciamadrid
Estrategia y dirección de la innovación para la transformación digital de la comunicación y los servicios públicos de una ciudad de 87.000 habitantes.
En septiembre de 2015 empecé una nueva aventura en el terreno de la administración pública. En el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (sureste de Madrid, 87.000 habitantes) ocupé el cargo de nueva creación de director de Innovación Digital, con el Centro de Contenidos Digitales, sus instalaciones (una nave con varios espacios, incluyendo un plató con croma y sala de control) y sus cinco trabajadores (tres técnicos audiovisuales, un periodista y un programador) a mi cargo.
Mi labor tenía varias caras (comunicación institucional, diseño y creación de nuevos canales, microsites, digital signage -pantallas urbanas y en edificios públicos-, pre- y post-producción de una media de 200 vídeos anuales, incluyendo streamings regulares -Pleno municipal, Consejo de ciudad, etc.) pero todas miraban al mismo objetivo: acercar a la ciudadanía el conocimiento, la información y el acceso a todos los servicios públicos municipales (que no son pocos), tanto los analógicos como los cada vez más digitales (y esa era otra pata: digitalizar servicios públicos).
No era un reto menor. Cuando trabajo en una administración pública, más aún en un ayuntamiento, pienso en el ‘cliente’ y éste, obviamente, es el ciudadano y la ciudadana. La diferencia con el cliente de la empresa privada es que el nuestro no tiene escapatoria: va a pagar sus impuestos sí o sí. Bien, podría pasarse a la competencia, pero una mudanza es mucho más difícil, incluso, que cambiarse de compañía de luz o teléfono. Económicamente, como pasa por desgracia a menudo en este sector, se opta por aprovechar ese factor cautivo. Moralmente, mi empeño fue siempre el contrario: si no tienen escapatoria, démosles lo mejor que podamos.
Con esa idea en la cabeza, algunas de las cosas que me dio tiempo a hacer:
- Revisar la estrategia de publicación en redes sociales, sobre todo en Facebook, cuya comunidad se triplicó (pasó de 4,2K a 11,9K). Tramité la certificación de ‘Página verificada’ de Facebook.
- Crear nuevos formatos de vídeo: 1:1 para Facebook, con pastillas informativas para que el vídeo se entienda en mudo (imprescindible en digital signage). Subida en nativo a Facebook. Resultado: x1.000 los impactos de vídeo con la misma producción de 3-5 vídeos semanales.
- Introducción de WordPress. Desde mi llegada cada nuevo microsite o cualquier nuevo tipo de necesidad web se hizo sobre WordPress, arrinconando el CMS de la web, una cosa terrible basada en Java. La productividad aumentó enseguida.
- Introducción de Slack como herramienta de trabajo no diaria, sino de minuto a minuto. Gestión de toda la cadena a de valor del Centro de Contenidos Digitales por esta vía. Aumento importante de la productividad y reducción del churn en la producción.
- Diseño técnico del proyecto para una nueva web municipal, cuya tramitación burocrática a través del programa FEDER-EU también hice. Me encargué de que no fuera un llave en mano, para que el Ayto tuviera siempre el control presente y futuro del proyecto. Mi rol en él, ante la empresa adjudicataria, era el de Product Owner.
- Diseño y creación de microsites y campañas ciudadanas como #rivaslomerece.
- Ocupaba el puesto de Jefe de Prensa en ausencia de éste y ejerciendo ese rol viví algunos de mis días más duros profesionalmente.
- Hice muchos, pero que muchos informes y tareas burocráticas a medio camino entre el auxiliar administrativo y el interventor general, más o menos. Aprendí bien cómo funciona un ayuntamiento.
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