Primero cedieron la distribución, ahora la publicación y pronto la propia producción. No es tan malo como parece.
Pese a que jamás existió un canal tan abierto y con tan pocas barreras de entrada como internet, la Red entendida como un mero catálogo de productos y servicios ultraaccesibles ha demostrado que no acepta más de un líder por nicho. Sí, el Long Tail de Chris Anderson existe, pero a cambio de abrir miles de nichos sólo se permite un ganador en cada uno de ellos (recordemos: economía de la atención). Y, finalmente, los nichos fundamentales (información, relaciones personales, entretenimiento, compras) siguen siendo muy grandes en cuanto a masa de usuarios pero con infinitamente menor competencia real.